
De José Luis Correa me remito a lo ya comentado en otras entradas de este blog, a las que puedes acceder pinchando aquí.

Michela Murgis (Cerdeña, Italia, 1972), es la autora de esta interesante novela, ha publicado varios trabajos, aunque no los he visto traducidos al español. No la conocía y me ha agradado mucho; a medida que leía esta historia me traía recuerdos del estupendo Leonardo Sciascia, al menos en su vertiente costumbrista de otra isla, también italiana, como Sicilia.

Del autor, Lorenzo Silva, me remito a lo expuesto en otras entradas y reseñas, a la que se puede acceder pinchando aquí.
Me ha encantado este libro, su planteamiento, los dilemas del protagonista, las historias que llevan al exilio, a buscar nuevos lugares. Supongo que todos lo hemos sentido, y la verdad es que me vino a la cabeza el poema del griego Constantino Cavafis, (Alejandría, Egipto, 1863-1933) titulado La Ciudad:
Dices: "Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
Y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí".
No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
Y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí".
No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

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