jueves, 22 de octubre de 2009

De las aventuras de un famoso aviador.


Antonie de Saint Exupéry (en la foto), además de ser uno de los grandes pioneros del mundo de la aviación en el pasado siglo XX, fue un gran autor que probablemente hoy no sería tan conocido si no hubiera sido por su relato corto EL PRINCIPITO, un cuento de niños para adultos que han leído millones de personas en el mundo desde que lo escribiera en Nueva York, allá por el año 1943.

Nació en Lyon (Francia) el año 1900 y murió en el año 1944, cerca de Marsella, casi al final de la Segunda Guerra, al ser abatido por un piloto alemán. Su muerte ha estado rodeada por el misterio hasta hace unos años, cuando fueron encontrados los restos del aparato que pilotaba.



Este cuento de EL PRINCIPITO, que ya se ha convertido en un clásico, trata de un piloto cuyo avión sufre una avería mientras sobrevolaba el desierto de El Sáhara. Parece ser que este comienzo se basa en su propia experiencia, de cuando cayó en el desierto de Libia y fue rescatado, junto con su mecánico, por un beduino.

El piloto, que es la voz que relata la historia, se ve sorprendido mientras intentaba arregla el avión en medio de la nada desértica, por la voz de un niño que le pide que le dibuje un cordero. Las ilustraciones del libro son originales del propio Antoine de Saint Exupéry y ya forman parte de ese "universo principito" que todos conocemos.
A partir de este encuentro se establece una relación entre Principito y piloto. Sabremos que procede de un pequeño planeta, el asteroide B612, que tenía tres volcanes, uno de ellos extinguido "aunque nunca se sabe", que limpiaba todos los días, que se ocupaba de arrancar todos los posibles brotes de baobabs, que acabarían con su planeta si crecieran, y de su rosa.

Un buen día decide salir de su casa y recorre varios planetas, hasta llegar a la Tierra. A lo largo de su viaje se va encontrando con los diferentes habitantes de esos mundos mundos, que sirven para explicar algunas de las características de los seres humanos que hacen que no valoremos lo que tenemos, las cosas importantes de la vida. El momento del encuentro con el piloto coincide con el aniversario de su llegada a la tierra, que es cuando se debe volver a su planeta. (La ilustración hace referencia al momento en que conoció al zorro, quien le enseñó que lo esencial es invisible a los ojos y sólo se puede ver con el corazón.)


Este cuento me ha dejado un gran sabor de boca desde que lo leí (aunque no recuerdo cuándo fue.) Hace unos años decidí que el mejor souvenir que podía adquirir en mis viajes era este libro. Además, algunos amigos que sabían de esta afición mía, también me han regalado algunos más. A fecha de hoy, poseo 30 ejemplares (ver fotos) de EL PRINCIPITO, en 28 idiomas distintos (aunque un amigo me ha enviado por correo un ejemplar en occitano que no incluyo en esta lista porque aún no me ha llegado.)

Estoy muy orgulloso de mi colección y confieso que sigo leyendo este cuento de vez en cuando y siempre me emociono tanto con la historia como con, especialmente, el desenlace.

Una última curiosidad: Tamara Smirnova, una astrónoma del observatorio ucraniano de Nauchnij, descubre en noviembre de 1975 el asteroide número 2.578, al que finalmente bautizaron como Saint-Exupéry.

¿Conocías esta obra? ¿Te ha gustado? ¿Recuerdas la última vez que la leíste? ¿Haces colecciones de libros?





PS: EL PRINCIPITO ha sido traducido a 180 idiomas y dialectos. Las versiones que tengo son en: afrikaner, albanés, alemán, árabe, bosnio, bretón, catalán, checo, chino, coreano, croata, español, flamenco, francés, gallego, griego, hebreo, inglés, italiano, japonés, latín, letón, lituano, polaco, portugués, rumano, sueco y turco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario